martes, 1 de abril de 2014




      Fronteras



   Por su aspecto se podría decir que la vida le trataba bien, la vestimenta era pulcra

y no desentonaba con la moda del momento. En su rostro se perfilaba una mediana

edad vivida con moderación, sin que la tristeza o una alegría desmedida hubiesen

dejado improntas destacadas. En conjunto transmitía cierto desinterés por todo cuanto le

rodeaba. Por eso el asombro fue absoluto cuando, en un rápido gesto, de debajo del bien

cortado abrigo, descubrió una  escopeta de repetición y sin dar tiempo a un suspiro

abrió fuego contra las numerosas señales de prohibido que abarrotaban la frontera.

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3 comentarios:

  1. A escopeta é rara, pero o conto é genial como sempre ;)

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    1. jaja, nunca oíche falar de escopetas de repeción? :D

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  2. Nunca :D por iso che decía que era rara ;D

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