Al margen
Dice que fue involuntario, cree que pudo ser de rabia o incluso
de pena, no sabe explicar muy bien qué sucedió. En su defensa
alega que le pusisteis al frente de su comunidad demasiado pronto.
Después de mi larga vida como humano cuesta un poco adaptarse,
eso me dijo. Asegura que no volverá a ocurrir, que al ver la
catástrofe que estaba produciendo el fuego se dejó llevar por
pasiones propias de humanos y olvidó, durante un instante, su
condición. La lluvia no dejó de caer hasta que todos los incendios
estuvieron extinguidos y él no fue consciente de su intervención
hasta que la calma regresó a la zona. Necesita un poco de tiempo
para controlar sus propias fuerzas, me confesó que ser un Dios no
le estaba resultando fácil y la ley de no intervención necesitaba
practicarla más. Ruega al Gran Consejo que tengan todo esto en
cuenta a la hora de valorar su traslado.