jueves, 11 de agosto de 2016

     Al margen


     Dice que fue involuntario, cree que pudo ser de rabia o incluso

de pena, no sabe explicar muy bien qué sucedió. En su defensa

alega que le pusisteis al frente de su comunidad demasiado pronto.

Después de mi larga vida como humano cuesta un poco adaptarse,

eso me dijo. Asegura que no volverá a ocurrir, que al ver la

catástrofe que estaba produciendo el fuego se dejó llevar por

pasiones propias de humanos y olvidó, durante un instante, su

condición. La lluvia no dejó de caer hasta que todos los incendios

estuvieron extinguidos y él no fue consciente de su intervención

hasta que la calma regresó a la zona. Necesita un poco de tiempo

para controlar sus propias fuerzas, me confesó que ser un Dios no

le estaba resultando fácil y la ley de no intervención necesitaba

practicarla más. Ruega al Gran Consejo que tengan todo esto en

cuenta a la hora de valorar su traslado.