El sistema ll
Cuando no
estemos nosotros vendrán otras gentes a ocupar
nuestro lugar, no te preocupes.
Recuerda que la nuestra es
una gran labor, todo lo que sucede arriba, incluso
lo
que no llega a pasar, depende de nuestro trabajo.
Descansa un rato y cuando
estés mejor seguimos.
¿Qué por qué fuimos los elegidos? Sólo los que tenemos
el
alma pura podemos realizar esta tarea. No digas eso,
tu alma es de las más
limpias que he visto en mi vida.
No puedo responderte, no tengo las respuestas
que buscas.
Insistes, eso no ayudará a que te recuperes,
deja la mente
en blanco y respira por esta mascarilla,
así está bien. El plazo normal había expirado a las cinco,
Marcial miró
hacia el gran reloj que colgaba del muro,
eran las ocho. Con cierta pesadumbre
apretó un timbre
que había medio escondido en la mesa.
A los pocos minutos ya se lo habían llevado.
Apenas opuso resistencia, pero seguía preguntando.
Mientras preparaba al que ocuparía el puesto
vacante,
Marcial no dejaba de mover la cabeza de un lado a otro
en pequeños
movimientos contrariados.
Animaba al nuevo en la tarea a la vez que él mismo
borraba
cientos de datos, cambiaba declaraciones
y dejaba expedientes
inmaculados donde antes
había pruebas incriminatorias de diversa índole.
Le
quedaba una larga noche hasta que entrara
el otro turno y pudiese verla un
instante, sonrió.