Al margen
Dice que fue involuntario, cree que pudo ser de rabia o incluso
de pena, no sabe explicar muy bien qué sucedió. En su defensa
alega que le pusisteis al frente de su comunidad demasiado pronto.
Después de mi larga vida como humano cuesta un poco adaptarse,
eso me dijo. Asegura que no volverá a ocurrir, que al ver la
catástrofe que estaba produciendo el fuego se dejó llevar por
pasiones propias de humanos y olvidó, durante un instante, su
condición. La lluvia no dejó de caer hasta que todos los incendios
estuvieron extinguidos y él no fue consciente de su intervención
hasta que la calma regresó a la zona. Necesita un poco de tiempo
para controlar sus propias fuerzas, me confesó que ser un Dios no
le estaba resultando fácil y la ley de no intervención necesitaba
practicarla más. Ruega al Gran Consejo que tengan todo esto en
cuenta a la hora de valorar su traslado.
jueves, 11 de agosto de 2016
martes, 5 de julio de 2016
El sistema, final
Coincidían en el cambio de turno, un minuto o dos.
Elisa
sintió los ojos de Marcial siguiendo sus
pasos mientras
se dirigía a su mesa. Al principio se asustó, había llamado la
atención de uno de los supervisores y eso no era bueno.
Luego, cuando tuvo
valor para mirarle ella también,
descubrió su disimulada sonrisa y supo que no
tenía nada
que temer. Estaba un poco nerviosa, hoy esperaba
averiguar algunos
datos que le permitirían comprender
qué estaba sucediendo en aquel inmenso
sótano
donde acudía cada día a trabajar. Apenas le faltaban
unas piezas para
encajar en el puzzle de aquella gran
mentira en la que se había convertido su
vida,
la vida de tod@s ell@s.
Cuando Marcial llegó
a su puesto lo primero que hizo,
con gestos nerviosos, fue revisar las
incidencias del turno
anterior. Al entrar en el sótano dirigió sus ojos al
encuentro de la figura de ella, pero no estaba.
Mientras recorría con avidez
las líneas escritas
en las hojas que había dejado el otro supervisor,
sintió,
aún antes de ver su nombre en ellas,
una pesadumbre insoportable. Allí estaba,
Elisa Maxwell reciclada a las 12,45 por actitud
sospechosa hacia el sistema.
jueves, 30 de junio de 2016
El sistema ll
Cuando no
estemos nosotros vendrán otras gentes a ocupar
nuestro lugar, no te preocupes.
Recuerda que la nuestra es
una gran labor, todo lo que sucede arriba, incluso
lo
que no llega a pasar, depende de nuestro trabajo.
Descansa un rato y cuando
estés mejor seguimos.
¿Qué por qué fuimos los elegidos? Sólo los que tenemos
el
alma pura podemos realizar esta tarea. No digas eso,
tu alma es de las más
limpias que he visto en mi vida.
No puedo responderte, no tengo las respuestas
que buscas.
Insistes, eso no ayudará a que te recuperes,
deja la mente
en blanco y respira por esta mascarilla,
así está bien. El plazo normal había expirado a las cinco,
Marcial miró
hacia el gran reloj que colgaba del muro,
eran las ocho. Con cierta pesadumbre
apretó un timbre
que había medio escondido en la mesa.
A los pocos minutos ya se lo habían llevado.
Apenas opuso resistencia, pero seguía preguntando.
Mientras preparaba al que ocuparía el puesto
vacante,
Marcial no dejaba de mover la cabeza de un lado a otro
en pequeños
movimientos contrariados.
Animaba al nuevo en la tarea a la vez que él mismo
borraba
cientos de datos, cambiaba declaraciones
y dejaba expedientes
inmaculados donde antes
había pruebas incriminatorias de diversa índole.
Le
quedaba una larga noche hasta que entrara
el otro turno y pudiese verla un
instante, sonrió.
miércoles, 29 de junio de 2016
El sistema
Antes de apagar la luz, Elisa escribió algo en un papel.
Después, deslizandose entre las sábanas, dejó escapar un gran
suspiro. Las pesadillas la acompañaron durante toda la noche,
el sueño fue
inquieto y poco reparador. Al amanecer, dando
un manotazo al despertador se
incorporó despacio y,
un poco titubeante, se dirigió al baño. No fue hasta
después del desayuno cuando encontró la nota entre las sábanas.
“Golpea dos
veces en el segundo escalón” Con el ceño
fruncido
se acercó a la pequeña escalera que llevaban al altillo,
después de
mirar el segundo escalón como pidiéndole
explicaciones, lo golpeó. Su cara se
iba llenando de vida
a medida que acariciaba con manos algo temblorosas las
fotos,
las cartas. Encontró un cuaderno verde que a modo de título
decía:
Verde, tu color preferido. En él se explicaba cómo
en los últimos seis meses la
ciudadanía era sistemáticamente
expuesta a un gas desmemoriante y de este modo,
lo que
sucedía cada día se olvidaba durante el sueño.
jueves, 31 de marzo de 2016
Tanto amor
Se habían conocido
por casualidad, en una pequeña tienda de tés
justo debajo de su casa. Ella se resistió al principio, le
gustaba
mucho, pero sus historias siempre acaban mal. Él insistió hasta que
consiguió una cita. Durante dos semanas, con cautela ella, con
decisión él, se fue forjando
el romance. La primera
noche que pasaron juntos, ella no durmió, por precaución. Así
transcurrieron algunos días, hasta esa mañana en la que se despertó
sobresaltada y sintió con pesar el vacío al otro lado de la cama.
Sólo quedaba su
huella en las sábanas.
Había vuelto a ocurrir, lo había devorado en sueños, sin
siquiera
dejar un pedacito de recuerdo.
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